Foro Económico Mundial (WEF)

Liderazgo femenino en América Latina: Cuatro claves para superar la brecha de género

insight featured image
Contents

El Informe Global sobre la Brecha de Género 2024 del Foro Económico Mundial (WEF) reveló que a principios de este año la contratación de mujeres para puestos de liderazgo había disminuido al 36,4% a nivel mundial. La cifra está bajo el dato correspondiente a 2021.

Esta caída, particularmente pronunciada en los puestos de liderazgo superiores, forma parte de una tendencia también observable en ámbitos distintos al de la dirección de empresas. En las Elecciones 2024 en Chile, por ejemplo, solo 56 de los 345 alcaldes electos son mujeres, apenas el 16,2% del total, e implica un descenso de 0,9% respecto a la anterior elección de autoridades municipales.

Lo cierto es que el camino hacia el liderazgo sigue siendo particularmente desafiante para las mujeres en sectores dominados por hombres, con una constante presión para superar a sus homólogos masculinos y, al mismo tiempo, gestionar los distintos roles que asumen en su vida diaria. Muchas informan que invierten horas adicionales en capacitación profesional, innovación y gestión de proyectos, por ejemplo, lo que equilibran con otras responsabilidades no remuneradas fuera se la oficina que van mucho más allá de labores del hogar.

Para complicar aún más el panorama, en muchas empresas existe la práctica de seleccionar mujeres líderes simplemente para cumplir con cuotas de género en lugar de hacerlo como parte de un compromiso genuino con el desarrollo del liderazgo femenino. E incluso en países como Ecuador, donde el progreso hacia el logro de la paridad de género se ubica entre los 10 primeros en América Latina y el Caribe, el 52% de las personas aún cree que promover la igualdad de género es sinónimo de discriminación contra los hombres.

El WEF, de hecho, sugiere que podrían pasar hasta 134 años hasta lograr una verdadera paridad en las oportunidades de liderazgo económico, educativo, de salud y político.

“No hay que quedarse pasivos ante datos como estos. Es necesario aplicar en América Latina y en todo el mundo un enfoque renovado para enfrentar la disparidad en cuanto a igualdad de género en el lugar de trabajo”, reflexiona Dilia Contreras, socia líder de BPS Grant Thornton Chile.

Estrategias para el cambio

Un cambio duradero en este sentido exige más que compromisos superficiales con la diversidad. Las organizaciones deben cultivar activamente entornos donde las mujeres líderes puedan prosperar, midiendo el progreso a través de múltiples KPI y asegurando prácticas equitativas en todos los niveles.

El Informe Global sobre la Brecha de Género 2024 recomienda varias estrategias para ayudar a mejorar la percepción y la sostenibilidad del liderazgo femenino en Latinoamérica.

  1. El primer paso es apoyar la armonía entre la vida laboral y la personal. En lugar de simplemente hablar de equilibrio, las organizaciones deben reconocer y adaptarse a las complejas demandas de tiempo de las mujeres. Esto es posible con sistemas de evaluación basados ​​en resultados y opciones de trabajo flexible que permitan a las mujeres sobresalir en sus carreras mientras gestionan sus responsabilidades domésticas.
  2. Las organizaciones deben establecer protocolos claros de mentoría. Es decir, crear procesos estandarizados de desarrollo del liderazgo que apoyen no solo a las líderes femeninas individuales, sino a generaciones enteras de mujeres. El éxito en esta área crea una red de modelos a seguir y mentores que pueden guiar a los futuros líderes.
  3. Las organizaciones deben centrarse en garantizar prácticas de evaluación equitativas y consistentes entre los géneros, e implementar medidas correctivas justas cuando sea necesario. La retroalimentación regular y el diálogo abierto son componentes esenciales de este enfoque, asegurando que todos los líderes se rijan por los mismos estándares y tengan las mismas oportunidades de crecimiento y desarrollo.
  4. Las organizaciones deben ver más allá de simples sistemas de cuotas. El verdadero progreso requiere un enfoque integral para monitorear y apoyar el liderazgo femenino. Esto incluye un seguimiento de las tasas de retención del talento femenino, el desarrollo de planes de sucesión sólidos y el trabajo activo para eliminar estereotipos basados ​​en el género. También deberían evaluar periódicamente el interés de las mujeres en asumir roles de liderazgo e identificar cualquier barrera que pueda impedirles avanzar.

“Tenemos que tener siempre presente que abordar las desigualdades de género impacta positivamente en la productividad y puede tener beneficios significativos para la economía, además de cambios que ayudan a una mayor paz social”, cierra Dilia Contreras.