Artículo de Patricio Valenzuela, Director Corporativo

Reinventando la gestión para hacerla más pertinente al mundo volátil y al Chile de hoy

Patricio Valenzuela
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La gestión empresarial fue creada hace más de 100 años para lograr, primero, que los empleados efectuaran actividades repetitivas de manera competente, diligente y eficiente; y segundo, para coordinar esas actividades de tal forma que permitieran producir bienes y servicios complejos en grandes cantidades. En síntesis, los problemas eran eficiencia y escala, y la solución era una estructura jerárquica, metas en cascada, definiciones precisas de roles, y reglas, y procedimientos sofisticados.

En la actualidad, los ejecutivos se enfrentan a un nuevo conjunto de problemas, producto de un entorno veloz, volátil e implacable. 

¿Cómo crear organizaciones que sean tan adaptables y fuertes como enfocadas y eficientes? ¿Cómo, en un mundo sacudido por la destrucción creativa, una empresa puede innovar con la suficiente rapidez y audacia como para seguir siendo rentable y vigente? ¿Cómo, en una economía creativa donde la genialidad emprendedora es la clave para el éxito, puede usted inspirar a colaboradores para que cada día de trabajo entreguen los dones de la iniciativa, la imaginación y la pasión?

Son algunas preguntas que no son fáciles de responder. Lo que sí tengo claro son las palabras del consultor Gary Hamel, uno de los estrategas de mayor impacto mundial, y que comparto plenamente: “La gestión es una tecnología madura que debe ser reinventada para una nueva era”.

En efecto, mientras algunos expertos de las tecnologías hablan de que ya se está produciendo una duplicación del conocimiento cada dos años, gracias a la Inteligencia Artificial, la mayoría de los descubrimientos en materia de gestión ocurrieron hace décadas.

Por ello, quiero compartir algunos puntos que Hamel desarrolló en Harvard Business Review América Latina, y que son los grandes desafíos de la gestión empresarial para la tercera década del siglo XXI. Pero antes, se hace necesario, un reconocimiento para abordar exitosamente estos problemas: los ejecutivos y expertos deben aceptar que los imperativos de la empresa del mañana superan las prácticas actuales de la gestión, construido sobre los principios de la estandarización, la especialización, la jerarquía, el control y la primacía de los intereses de los accionistas. 

Dicho lo anterior, recalco 12 puntos que considero imprescindibles para la gestión de empresas en el Chile de hoy:

Asegurar que la dirección sirva a un propósito más elevado: Las empresas deben inspirar a sus empleados con propósitos que vayan más allá de la mera maximización de beneficios.

  1. Aumentar la autonomía de los colaboradores: Es fundamental que ellos sientan control sobre su trabajo para fomentar la creatividad y la motivación.
  2. Crear un sentido de comunidad: A medida que el trabajo se vuelve más remoto y disperso, las organizaciones deben esforzarse por fomentar un sentido de pertenencia y comunidad entre los empleados.
  3. Desarrollar sistemas de justicia interna: Las prácticas de gestión deben ser transparentes y equitativas para asegurar que los empleados sientan que son tratados con justicia.
  4. Reducir el miedo y aumentar la confianza. Se tiende a enfatizar en forma exagerada las sanciones como una forma de asegurar el cumplimiento. Es por eso que existen tantas organizaciones llenas de empleados ansiosos y reacios a tomar la iniciativa o confiar en su propia opinión. La adaptabilidad organizacional, la innovación y el compromiso sólo pueden prosperar en una cultura de la confianza y escasez del temor.
  5. Reducir la complejidad burocrática: La burocracia debe minimizarse para liberar a los colaboradores de tareas innecesarias, permitiéndoles centrarse en la innovación y el trabajo de mayor valor añadido.
  6. Reducir radicalmente la influencia del pasado. Los sistemas de gestión existentes a veces sin pensar refuerzan el statu quo. En el futuro, deben fomentar la innovación y el cambio.
  7. Desarrollar indicadores integrales de desempeño. Los indicadores de desempeño existentes deben ser modificados, ya que no prestan suficiente atención a las habilidades humanas críticas que impulsan el éxito en la economía creativa.
  8. Extender los horizontes temporales y las perspectivas de los ejecutivos. Necesitamos descubrir alternativas que reemplacen los sistemas de compensaciones y recompensas que animan a los ejecutivos a sacrificar las metas en el largo plazo por ganancias en el corto plazo.
  9. Crear una democracia de información. Las empresas necesitan sistemas de información que permitan que cada empleado actúe en los intereses de la empresa completa.
  10. Crear mercados internos para ideas, talentos y recursos. Los mercados son mejores que las jerarquías para asignar recursos, y los procesos de asignación de recursos de las empresas necesitan reflejar este hecho.
  11. Despolitizar la toma de decisiones. Los procesos de toma de decisiones deben estar libres de prejuicios posicionales y deberían explotar la sabiduría común de la organización completa y más allá.